Como
cada vez que transitamos tiempos de campañas políticas salen a la luz diversas
estrategias de comunicación con el fin de captar la atención y, posteriormente,
el voto de la población. Y las redes sociales se han ido transformando en un
nuevo espacio de competencia para la comunicación política.
Hace
algunos días desde el Frente Para La Victoria (FPV), el espacio del candidato
presidencial Daniel Scioli, denunció una supuesta “campaña sucia” que se llevó
adelante en las redes sociales, en especial en Twitter, aprovechando las
inundaciones que sucedieron en la provincia de Buenos Aires.
No
analizaremos ni diremos si existió o no este tipo de campaña. No lo sabemos (o
si, pero como dice el dicho “entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera”) pero si analizaremos el por
qué, supuestamente, se uso Twitter y si fue o no efectiva esta supuesta campaña sucia
denunciada.
Si
tuviéramos que empezar una campaña en redes sociales comúnmente pensaríamos que
el inicio debería ser Facebook, que es la red social más utilizada del mundo y
del país (El Cronista, 2014). Entonces, he aquí la primera controversia a
responder, ¿por qué la campaña sucia fue a través Twitter?
Twitter
se ha constituido en la red más activa con respecto a los temas políticos y sociales.
Vale destacar, a modo de ejemplo, que la gran marcha que se generó en contra de
la violencia de género, #NiUnaMenos, nació en la red social del pajarito (García
Crespo, 2015). Twitter jugó un papel protagónico para imponer el tema de la
violencia de género en la agenda de los medios de comunicación y en la agenda social.
Aquí
vemos otro de los puntos a favor de Twitter, a la hora de ser utilizado como
herramienta de comunicación política, es la capacidad de influir en la agenda de
los medios de comunicación masiva tradicionales (como así también los medios
influyen en la agenda de Twitter). Cada vez más las tendencias de Twitter se
transforman en noticias y viceversa. Si
bien aún no hay un estudio formal (o, al menos no lo encontramos) realizado los invitamos a prender su
televisión, sintonice su noticiero preferido y observe la cantidad de menciones
que se hacen a la red de los 140 caracteres. Aquí, entonces, un objetivo secundario de la
supuesta campaña sucia podría haber sido llegar a los medios de comunicación tradicionales.
Teniendo
en cuenta estos puntos, ya sabemos por qué este tipo de campañas políticas
prefieren Twitter. Ahora bien, ¿cómo se realizan?
El
tipo de campaña denunciada se genera a través de sistemas controlados de
cuentas que suelen manejar un equipo de comunicación. Estas cuentas pueden ser trolls o bots. Para aclarar el troll,
en la jerga 2.0, es un tipo de usuario cuyo objetivo es provocar una reacción
emocional en otros usuarios, mientras que un bot es un robot (o más bien un software)
que mantiene una lógica operativa y publica automáticamente algunos mensajes
estandarizados o da retweet a algunas cuentas marcadas. Y, siempre, el objetivo
final de una campaña es llegar a los usuarios reales e imponer en la agenda de
la red social el tema.
Ya
entonces podemos decir que sabemos porque se usó Twitter y cómo se habría
ornamentado. Ahora bien, ¿son efectivas estas campañas?
Primero
que nada, la supuesta campaña se realizó sobre un tema que afectó a la opinión pública
y que captó su interés. El tema inundaciones, más allá de que haya habido o no
una campaña sucia, había llegado a las redes por el simple hecho de que las
redes reflejan el interés de los usuarios. Entonces utilizar una campaña sucia
para instalar un tema ya instalado no parece muy coherente y, si se hizo para
eso, fue una pérdida de dinero para quien la organizó.
Además
destaquemos que las cuentas denunciadas, que son bots o trolls, suelen
tener, salvo contadas excepciones, pocos seguidores. Y, esos seguidores, son
usuarios que comparten la misma línea de pensamiento con el troll. Entonces, tal vez 50.000 (como
denuncia el FPV) o 100.000 cuentas de este tipo, podrán hacer mucho ruido pero
la principal pregunta es ¿por quien será escuchado? Lo bueno de las redes sociales
es que cada usuario conforma su red de contactos e intereses como más le guste.
Entonces es muy probable que los usuarios contrarios a los trolls, en este caso los simpatizantes del FPV, o los de la llamada
“avenida del medio” no tengan en su red a estos usuarios. Y si los tienen realmente son un número
menor.
¿Por
que decimos que es un número menor? Porque tenemos que aclarar, primero que
nada, que Twitter no es más ni menos que un microclima. Derrumbemos algunas
creencias: no todos tienen Twitter o Facebook, ni lo usan a diario, y no todos
siquiera tienen acceso a Internet. Por eso Mauricio Macri podrá tener varios
miles de seguidores más que Daniel Scioli sin que eso represente una muestra válida
de popularidad o se traduzca en votos, como sucedió en las PASO. Las redes son
ni más ni menos que un canal o una
herramienta de comunicación más. No son
la verdad absoluta y menos lo son en una competencia electoral donde los
votantes son públicos muy heterogéneos.
Entonces,
con todos estos datos, si fueran del equipo de comunicación que sufre esta
supuesta campaña sucia en contra, ¿qué harían?
Nosotros,
dejaríamos de lado el ruido de los bots
y trolls y pensaríamos nuestra propia
campaña de comunicación para enfrentar la crisis de las inundaciones. Bajo ningún
concepto haríamos una denuncia mediática como se hizo.
La
denuncia solo logró captar la atención de los medios. El tema de fondo seguía
siendo la inundación y esto provocó que se prolongue en la agenda mediática,
que creemos que era finalmente, un objetivo de la supuesta campaña sucia. Entonces, si el
objetivo de la denuncia era desviar la atención del tema real (las inundaciones) creemos que
no lo logró. Si el objetivo era victimizarse, tampoco lo logró, porque, como
respuesta a todo (y con razón) lo que venga de esta postura “las únicas
víctimas son los inundados” que palabras más o palabras menos, si siguieron el
tema, la habrán escuchado. ¿Qué logró esta denuncia entonces? Más tiempo en los
medios de comunicación masivos del tema inundaciones y la posibilidad de salir,
a los supuestos acusados, a desmentir la campaña y atacar al FPV por las
inundaciones. En definitiva, creemos que fue una mala decisión la forma en que
el equipo de comunicación del FPV procedió ante esta crisis en las redes.
En conclusión, si la crisis está en las redes, siempre es
mejor que allí se quede y no salga a los medios de comunicación. Y más aún si crees o estás seguro que es algo montado.
Antes de hacer algo pregúntate antes si un árbol que se cae en un bosque y no
hay nadie (nadie real) para escucharlo, ¿hace ruido?
Referencias:
El Cronista (2015). Facebook se consolida como la red social
más utilizada. El Cronista. 26 de Agosto de 2014. Disponible en http://www.cronista.com/itbusiness/Facebook-se-consolida-como-la-red-social-mas-utilizada-20140826-0001.html
[Acceso 27 de Agosto de 2015]
García Crespo (2015). ¿Cómo y por qué surgió la marcha
#NiUnaMenos? MinutoUno.com. 02 de Junio de 2015. Disponible en http://www.minutouno.com/notas/365722-como-y-que-surgio-la-marcha-niunamenos
[Acceso 27 de Agosto de 2015]
Autor: Lic. Nigro Gerardo Nahuel
Melón Comunicaciones