Hoy empezamos a escribir con la
simple idea de explicar porque es necesario trabajar nuestra imagen. Pero no
desde el punto de vista clásico, que reza la importancia de este intangible a
la hora de valorar la empresa, punto al cual adherimos. Sino que vamos a
hacerlo desde un punto de vista más simple para demostrar la importancia que ha
adquirido la imagen, ya no solo para las empresas y personas públicas, sino
para todas las organizaciones y también para las personas.
Según las distintas definiciones
de los autores más reconocidos en el área de la imagen esta se puede definir
como una percepción o una idea que tienen las personas o el público sobre
cierta persona u organización con visibilidad pública.
Cuando hablamos de “visibilidad
pública” nos referimos a que no permanecen en el ámbito de lo privado. Y acá se
podría encuadrar desde un kiosco de barrio hasta una multinacional, en cuanto a
organizaciones o empresas hablamos, o desde una maestra de grado hasta el actor
protagonista de la tira televisa de moda, si nos referimos a personas.
Actualmente el ámbito público es más amplio que años atrás por la irrupción de
las redes sociales. Este hecho ha provocado que casi todos, empresas y
personas, estén expuestas al público.
Por este motivo, el crecimiento
del ámbito público (comunicacionalmente hablando), ha dado como resultado una
complejidad insólita a la hora de trabajar la imagen. Sobre todo en el ámbito
empresarial. Antes, las empresas y organizaciones podían llegar a prescindir de
elaborar conscientemente una imagen pública (aunque no era recomendable
tampoco) hoy, en cambio, es más difícil. Prescindir de una imagen pública hoy
significa arriesgarse a que otros llenen ese espacio nuestro con contenido y
valoraciones que nos pueden perjudicar.
Hay una famosa frase del Divino
Cayo Julio César que reza que no solo hay que ser, sino además hay que parecer.
Actualmente la frase toma vigor como nunca. Y ya no es solo para emperadores o
empresas con gran exposición. Hoy es, casi para todos.
Por eso es necesario trabajar la
imagen. Además de todos los valores intangibles que otros se han encargado de
enumerar, hoy es necesario trabajar nuestra imagen simplemente para no salir
perjudicados. Obviamente, la mejor manera de trabajar la imagen, de parecer
algo, es siéndolo. Pero vale recordar que si somos y no parecemos, no nos
servirá y corremos el riesgo de que otros nos hagan parecer algo o alguien que
no somos.
Autor: Lic. en Relaciones Públicas Gerardo Nahuel Nigro