Hace pocos días
estuvo en el país el cantante canadiense Justin Bieber. No vamos a entrar en
los temas controversiales que provocó la visita del joven cantante canadiense
ni la “Bieber Fever” que atacó a gran parte de la población argentina, en
especial a los adolescentes.
Nos dispondremos
a analizar el comienzo de la carrera de Justin Bieber. Tal vez sea el caso
Bieber el ejemplo más claro de la potencia que pueden tener las herramientas
web.
Muchos no saben
que el “descubrimiento” del joven talento canadiense fue a través de la popular
página web de videos, YouTube. En 2008 un productor de la industria musical dio
con un video del entonces adolescente Justin e inmediatamente se puso en
contacto con él y su familia. El resto, ya es historia conocida.
No hubo casting
ni audiciones ni reality show de talentos. El medio de contacto entre el
productor y el cantante fue un simple video casero en YouTube. Aquí vemos
claramente como Internet y la comunicación han revolucionado los ámbitos
sociales. Y esta revolución se ha profundizado en la época de la comunicación
2.0. Cualquiera es capaz de ser parte del gran show, de la pantalla
parafraseando a Paula Sibilia (2008).
En este nuevo
contexto, Internet se transforma en el nuevo medidor del éxito. El antiguo término
usado en TV “aplausómetro” hoy es reemplazado por los me gusta o la cantidad de
vistos que tiene un video.
Si bien el caso
de Bieber es aislado, sirve para ejemplificar el poder que puede tener una
herramienta como Internet si es bien utilizada. No todos saldrán en YouTube y
en solo 5 años amasaran una fortuna de mil millones de dólares, pero si pueden
ser vistos. Y ser vistos, como dice Sibilia, es actualmente existir.
Justin Bieber
además de dejar miles de Beliebers al borde de un colapso nervioso, nos deja también una enseñanza de lo
que puede lograr Internet. Del potencial de la red.
Gerardo Nigro
Melón Comunicaciones
Bibliografía:
Sibilia P. (2008). La intimidad como espectáculo. Buenos Aires. Fondo de Cultura
Económica.