El avance de las
relaciones públicas es indudable. La amplitud del campo profesional se puede observar
simplemente con realizar un recorrido por la historia de la profesión y es
justificado a partir de la demanda, por parte de las organizaciones, de este
tipo de profesionales.
Esta actitud destaca
que los relacionistas públicos somos parte fundamental de la comunicación
organizacional. Esto se debe a la función de gestión entre la organización y
todos sus públicos fortaleciendo el vínculo y generando una imagen positiva.
Sin embargo, en
un mundo donde los resultados se miden en cifras y se persiguen beneficios
tangibles, nos enfrentamos al reto de
poder demostrar el valor y aporte que
genera nuestra profesión a las organizaciones.
¿Resulta un
desafío o un obstáculo poder demostrar la importancia y el aporte que generamos
en las organizaciones? Sin duda es un constante desafío.
Es cierto que aún cuando se utilice una metodología o
una técnica específica sigue existiendo la posibilidad de contar con
determinado margen de error. Pero, también es importante destacar los cambios
constantes a los cuales está expuesto el plan de relaciones públicas desde el
inicio y hasta la finalización del mismo. Y además, la dinámica del escenario
en el cual se desarrolla el plan y a las modificaciones en las actitudes del
público al cual está dirigido.
A partir de esta
elasticidad que representa el entorno es que observo que la claridad, a la hora de medir el beneficio que otorga el desarrollo de un buen plan de relaciones
públicas, podría estar relacionada con la adecuada utilización de las
herramientas cualitativas.
Quizás, resulte
erróneo pretender encontrar, o forzar, indicadores numéricos que representen
los resultados de nuestras acciones. Es decir, en la avidez por encontrar
técnicas cuantitativas que demuestren el potencial de las tareas realizadas, es
probable que no se desarrollen de forma adecuada las técnicas cualitativas que
tanto aportan en materia de medición de intangibles. Incluso, podrían utilizarse
técnicas cualicuantitativas.
Es necesario
mencionar la importancia de la inversión de recursos destinados a la evaluación
y medición por parte de las organizaciones. Generalmente, las técnicas
cualitativas representan una mayor inversión por parte de la organización
debido al tiempo y calidad que requiere su apropiado desarrollo. Es momento
entonces de valorar adecuadamente este tipo de medición y vislumbrar la
necesidad de su utilización e inversión.
Posiblemente
cuando se logre concebir que la medición no solo es válida cuantitativamente se
dejará de pensar en la falta de medición para comenzar a pensar en la posibilidad de una medición
diferente, compleja y detallista que representa a una profesión diferente, a
veces compleja y siempre muy detallista como son las Relaciones Públicas.
Lic. Melisa Quagliata
MeLóN Comunicaciones